Sola e indefensa. La señora Maximina Maxwell nunca pensó que fuera a vivir tan triste sus últimos años.
A esta señora, la vida no le dio hijos y sus únicos familiares son sus hermanos de la iglesia y su guitarra.
Su sueño siempre ha sido poder vivir sus últimos días en una casa cómoda, pero esto no ha podido ser así debido a un accidente y a falsas promesas.
La señora Maxwell siempre se dedicó a la costura, oficio con el que sufragaba sus gastos y ahorraba "poquito a poco" para lograr construir su garaje y remodelar su casa, ubicada en el sector Jorge Illueca, corregimiento 24 de Diciembre.
Este sueño se truncó luego de que en el 2001, la señora Maxwell sufriera una fuerte caída, lo que le provocó un mal en sus muñecas y sus talones, que le impidió coser.
Por esta razón, la señora dejó de obtener ingresos y su casa está a medias. El techo ya está viejo y cada vez que llueve, le caen goteras a lo interno de la vivienda.
DIAaDIA observó que el baño está afuera de la casa y como no puede estar saliendo debido a su condición, tuvo que improvisar uno adentro, el cual tampoco está terminado, y ni hablar de lo que le queda de cama, la cual data de 1960.
Sumado a esto, edificaron un puente vehicular frente a la casa de la señora Maximina y no le dejaron espacio para estacionamiento. Según la señora Maxwell, antiguas administraciones del Ministerio de Obras Públicas (MOP), al momento que construían el puente, le prometieron hacer una rampa para que tuviera estacionamientos e incluso le prometieron un mejor techo y hasta el sol de hoy sigue esperando.