Sólo les importan sus derechos y nadie hace nada. Mientras los jubilados bailaban al son del violín, las maracas y el tambor en la Transístmica, ayer volvió el caos a la ciudad por el tranque que desató el cierre de calle que los abuelos realizaron por tercer día.

Eladio Fernández, dirigente de la Asociación de Jubilados Independientes, advirtió que hasta que no les suban el salario no dejarán de protestar, pese a que están afectando a terceros.

"O nos hacen caso o la Policía nos tendrá que acribillar y sacarnos a la fuerza", expresó.

El dirigente considera que no atentan contra los derechos de nadie, ya que antes de hablar de los derechos de los demás, hay que velar por los de los más viejos.

Confesó no sentirse culpable por las personas que han sido afectadas por los tranques, pues culpan al Gobierno de no darles otra alternativa.

MIENTRAS BAILAN, OTROS SUFREN

Jenny Tejeira es estudiante de la Universidad de Panamá y tiene que utilizar, por fuerza, la vía Transístmica, por lo que llega tarde a sus deberes.

Ella expresó que los jubilados no se dan cuenta que perjudican a todo un país y eso provocará que nadie los quiera apoyar.

Voceros de la Policía Nacional manifestaron que por ahora sólo están autorizados a vigilar el área y dirigir el tránsito como lo han hecho los tres días de cierre. Hasta que el Ejecutivo no dé una orden contraria, los abuelitos no dejarán de protestar.