Resbalón mortal


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Rosa Elvira Caicedo, madre de Ricardo Alcides Delgado llora desconsoladamente la muerte de su hijo. Fotos: EVERGTON LEMON

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    Sus familiares se reunieron al mediodía de ayer.

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    Ricardo Alcides Delgado.

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    Rosa Elvira Caicedo, madre de Ricardo Alcides Delgado llora desconsoladamente la muerte de su hijo. Fotos: EVERGTON LEMON

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    Sus familiares se reunieron al mediodía de ayer.

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    Ricardo Alcides Delgado.

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    Rosa Elvira Caicedo, madre de Ricardo Alcides Delgado llora desconsoladamente la muerte de su hijo. Fotos: EVERGTON LEMON

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    Sus familiares se reunieron al mediodía de ayer.

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    Ricardo Alcides Delgado.

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    Rosa Elvira Caicedo, madre de Ricardo Alcides Delgado llora desconsoladamente la muerte de su hijo. Fotos: EVERGTON LEMON

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    Sus familiares se reunieron al mediodía de ayer.

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    Ricardo Alcides Delgado.

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    Rosa Elvira Caicedo, madre de Ricardo Alcides Delgado llora desconsoladamente la muerte de su hijo. Fotos: EVERGTON LEMON

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    Sus familiares se reunieron al mediodía de ayer.

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    Ricardo Alcides Delgado.

Quintín Moreno - DIAaDIA

Partida repentina. Ricardo Alcides Delgado, de 48 años, trabajaba recogiendo basura para llevar el sustento a su hogar; sin embargo, la madrugada del jueves resbaló al pisar un excremento de animal, cayendo al suelo y en lo que el camión se movió hacia atrás lo atropelló, falleciendo al instante.

Rosa Elvira Caicedo, madre de Ricardo lloraba desconsoladamente la pérdida de su hijo mayor, al que ella llamaba “Mi Negro”. Ahora ella recordará con tristeza en su morada ubicada en el sector 28 de Fátima en San Miguelito que Ricardo se llevaba bien con todos sus vecinos y era muy trabajador.

Entre lágrimas, Caicedo recordó que su hijo quería comprar una lavadora, refrigeradora y arreglar su vivienda; además que su meta primordial era ofrecerle una buena educación a sus pequeños.

Ricardo laboraba en la empresa Revisalud y murió en Monte Oscuro, él tenía cinco hijos y cuatros de ellos eran menores de edad, ellos quedan hoy en orfandad solo con la compañía de su madre Vilma Peñalba.

Este humilde panameño trabajaba de 7:00 a.m. a 7:00 p.m. y según sus familiares no tenía vicios, era serio y siempre ayudaba a los que necesitan algo. Ellos esperan apoyo en los gastos fúnebres.

 
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