Tengo 25 años de relación estable con mi esposo. Él tiene actualmente 52 años, nuestra hija menor tiene 13 años. Es un buen hombre, pero desde hace 10 años no tengo fiestas. Para mi, Fiestas Patrias, Día de la Madre, Navidad, Año Nuevo son particularmente tristes. La paso rezando, buscándolo en cantinas, llamando a amigos, a veces a hospitales y a la Policía. Él, en ocasiones, se pierde por días y regresa alcoholizado, a veces golpeado y en otras es una llamada que me informa que tengo que buscarlo en la subestación de policía. Para el colmo, en esos días, sé que ha estado con otras mujeres.
¿Qué puedo hacer?
Con la información que me brindas pareciese que tu pareja tuviese un problema con su manera de consumir alcohol; mínimo un consumo perjudicial, pero más probablemente un síndrome de dependencia al alcohol. Ambas condiciones se consideran trastornos mentales, que sin embargo, no le quitan a la persona la capacidad para discernir entre el bien y el mal, por lo que es incluso legalmente responsable de sus actos, incluso si los hace estando intoxicado, pues la persona ya sabe los efectos que produce en alcohol en ella y al ingerirlo, a pesar de ello, es responsable de sus consecuencias.
La enfermedad del alcoholismo en su historia natural se asocia no solo a infidelidades, no hay que estar alcoholizado para ser infiel, sino a violencia intrafamiliar, ausencias laborales injustificadas y bajo rendimiento escolar de los hijos, entre otras cosas.
Pero en lo que señalas se evidencia otra consecuencia, la codependencia. La codependencia implica sintéticamente: focalización en el otro; negligencia de sí mismo; no afrontamiento; y sobre-control. Esto se traduce en que en tu pareja y su consumo se convierte en el centro de tu vida, dejas de pensar en ti primero y puedes incuso hasta descuidarte, eres incapaz de poner un límite a esta situación y tratas de controlarla a través incluso de la victimización. Pareciese que has dejado de vivir tu vida para vivir con dependencia emocional la de él. Mientras que él voluntariamente se alcoholiza en las fiestas, tú te sientes incapaz de ser feliz en las mismas.
Toda la familia debe buscar ayuda. Él tiene que vencer la negación y la manipulación asociada a su dependencia al alcohol (muchas veces la persona puede tener, además, un trastorno de personalidad o dependencia a otras drogas, lo que complica la recuperación). Tú y tus hijos deben buscar ayuda para su codependencia.
Desde hace ya muchos años, se ha observado en los grupos de las esposas de alcohólicos en rehabilitación, ciertos comportamientos, actitudes y reacciones que eran comunes a la mayoría de ellas; a partir de esto, se dedujo que tales comportamientos eran causados por el consumo de sus parejas y se acuñó el término codependencia. Es un tema estudiado con interés por psicoterapeutas y se cree que se presenta debido a rasgos estructurales de personalidad (Cermak, 1986; Lawton, 1990), conductas adquiridas por aprendizaje de experiencias previas o modelos de rol (la buena esposa debe cuidar a su esposo y seguir con él a pesar de todo) (Edmundson, Bryne y Rankin, 2000), o como consecuencias de la exposición constante a un evento estresante indefinido. (Alcoholismo en los padres o familias disfuncionales). (Margolis y Zweben, 1998). Las descripciones de sus características suelen ser contradictorias: énfasis en conductas como la autoagresión, imposibilidad de establecer relaciones interpersonales, sobre-involucramiento, búsqueda de parejas conflictivas que tienen conductas compulsivas u otro tipo de desorden del comportamiento (Mc Crady y Epstein, 1996).
Te amplío todo esto, porque a menos que tu esposo decida voluntariamente buscar ayuda, la acción más inmediata que puedes hacer es reconocer que tú también tienes un problema que requiere de decisiones drásticas: buscar ayuda profesional (servicios de salud mental, grupos de Al Anon, iglesias otros); hacer las cosas de una manera diferente en estas fiestas, no cayendo en conductas codependientes y dándote permiso para disfrutar tus fiestas con o sin él, incluso contemplar la posibilidad de una separación a mediano plazo si él no modifica su conducta y cuando estés lista para no retroceder ante la manipulación de tu pareja. Esta última acción no debe ser la primera en ejecutarse, porque requiere una sanación anterior que te permita ser consistente.
En Panamá, existen grupos de Alcohólicos Anónimos, de Al anon (que trabajan con las esposas y familiares de los alcohólicos), servicios de salud mental en CSS y Minsa e incluso especialistas en adicciones que pueden ayudarte. Además, hay libros y recursos disponibles on line. No permitas que una fiesta más se opaque por la enfermedad del alcoholismo de tu esposo.