Más de 1.5 millones de hogares y negocios seguían sin suministro de electricidad, después de una tormenta que dejó cuatro muertos, derribó árboles y causó inundaciones en el noroeste de EE.UU.
La peor tormenta en la región, en más de una década, dejó sin electricidad a sitios como Washington y Oregón.
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