El árbitro, esa figura imponente que campea por las canchas de fútbol para impartir justicia, esconde a un hombre sensible, de corazón blando, que rompe en llanto cuando se reclina en el diván de un psicólogo.
La sorprendente conclusión se desprende de la experiencia inédita de la Federación Paulista de Fútbol (FPF), con un programa de salud mental para 387 colegiados, informa hoy el diario "O Estado de Sao Paulo".
Acostumbrado a lidiar con astros del fútbol mundial o con jugadores más interesados en destruir la magia de un atacante iluminado, los árbitros paulistas vienen demostrando que son vulnerables cuando están lejos de la presión de los estadios, dentro del consultorio de un psicólogo.
"Lo que sabemos es que en determinado momento de las entrevistas, muchos árbitros acaban rompiendo en lágrimas. Lloran de verdad. Tamaña son la presión y la tensión que cargan en los hombros", dijo Arthur Alves Júnior, uno de los miembros de la comisión de árbitros de la FPF.
ATENCION
En cada consulta deben responder preguntas sobre su vida, aspiraciones, frustraciones y temores.
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