La Navidad llegó por adelantado a la humilde morada de Cecilia, y ellos aprendieron la lección de su vida. La tierna historia de fe y pobreza de Cecilia Miranda, junto a sus cuatro hijos, residentes en el Valle de San Isidro, llegó a los inocentes corazones de unos jovencitos que no escatimaron esfuerzos y se dispusieron regalar sonrisas a esta necesitada familia.
A más de un mes de que DIAaDIA sacó a la luz pública su historia, un pequeño grupo del VIº 3 del Instituto Comercial Panamá, hizo una "vaca" y dotaron a Cecilia y a sus hijos de artículos de primera necesidad, juguetes y dinero en efectivo.
A nuestra llegada a la improvisada casita, solamente se encontraba Raúl (su hijo mayor) quien cuidaba a sus hermanitos Alfonso, de siete, y Emanuel de meses, pues su mamá no se encontraba; pero aun así recibieron los obsequios para jugar con sus vecinitos y espera a su mamá para darle la buena nueva.
La idea de dotar a Cecilia de enseres, aseguran los estudiantes, salió de una profesora de Biología que aconsejó a sus alumnos que incentivaran el espíritu de dar en estas fechas, idea que les ha agradado muchísimo, porque explicaron que jamás pensaron sentirse tan bien con ellos mismos, más aún que faltan pocos días para su graduación.
ALEGRES
Los estudiantes sabían que el triste rostro de Cecilia se alegraría al ver todo lo que habían reunido para ella y sus pequeños.
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