Estoy en un dilema que no sé cómo resolver, yo siempre me he peinado con una señora dominicana, muy buena gente.
Ella es una mujer de su casa, que a punta de blower, cortes y cuanto químico exista ha levantado un hogar.
Ella se casó hace cinco años con un señor panameño, que es de su misma edad.
Ya ella tenía todo lo suyo hecho, él no tuvo que aportar nada, eso lo sé, porque llevo más de diez años peinándome con ella.
Qué sucede, que hace unos días iba yo en un taxi y cuando iba a doblar la esquina, el taxista divisó que un hombre cuarentón se metía en una pensión con una jovencita, de por lo menos 18 años. Cuando yo lo alcanzo a ver, me doy cuenta de que es el esposo de mi estilista. Yo le comento al conductor que conocía al susodicho y también a la joven, que resulta que es la que lava cabello en el salón de mi peluquera. El taxista me decía: dígaselo, dígaselo, para que la mujer lo pique en cuadritos.
Yo no he ido más al salón porque no me atrevo a mirarla a la cara, porque sé que la están agarrando de idiota, ella me llamó para saber por qué no he ido y no sé qué hacer. Ritza
ESTIMADA RITZA
Aunque tengan tiempo de conocerse, no sé qué grado de amistad tengan.
Si consideran que a lo largo de diez años existe ese grado de cariño como para considerarse amigas, puedes decírselo con confianza, porque no es justo lo que les está sucediendo, porque dos personas de su confianza, la están traicionando.
Si sientes que el trato de las dos es solo profesional, no te inmiscuyas, porque podrías quedar como una metiche.
Analiza esto que te estoy planteando, y bueno, al final déjate llevar por lo que te dice tu conciencia y ponte en el lugar de esa persona, y si te gustaría que te lo dijeran o que te tengan viviendo en la ignorancia.