Cuando Maritza recibió su certificado. (Foto: CORTESÍA)
Didier Hernán Gil
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Maritza García, de 22 años, es oriunda de Puerto Armuelles, Barú, y a pesar de los errores cometidos en su vida y las tragedias por las que ha pasado su familia, sólo piensa en salir adelante, superarse y reintegrarse con un digno trabajo a la sociedad.
Ella formó parte de las 60 privadas de libertad del Centro Femenino de Rehabilitación de David, Chiriquí, que recibieron certificados de graduación otorgados por la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (AMPYME).
Por más de 40 horas, la regional de AMPYME en Chiriquí, a través de instructores y expertos profesores, ofreció a las detenidas seminarios de gestión empresarial y cursos de manualidades, diseño con papel reciclado, almohadas, manteles y trajes tejidos, así como la elaboración de otras bisuterías. Es así como Maritza y las otras 61 internas graduandas han dejado a un lado la nostalgia y el pesar por la privación de la libertad que enfrentan, por una nueva manera de ganarse la vida.