Julio se acostó, pero jamás despertó. Nuevamente, las guerras entre bandas se toman una vida inocente, esta vez fue la de Julio Gallardo, quien dormía plácidamente en su cama la madrugada del domingo, sin imaginar que una bala loca impediría que despertara de su confortador sueño. Vivir en un barrio como El Chorrillo no es fácil, ni siquiera para un hombre que no se metía con nadie.
La calle 15 se convirtió en un campo de guerra, luego de que a las dos de la madrugada del domingo se iniciara una tremenda balacera entre las bandas de las distintas barracas.
Una de esas balas perdidas atravesó el delgado tablón de madera del cuarto de Julio, alojándose mortalmente en su cuello y causando su muerte.
MACABRO HALLAZGO
Julio, a sus 65 años, vivía solo en un pequeño y humilde apartamento de la Calle 15, pero la señora Silvana, quien vive en Calidonia, se dedicaba a llevarle su comida todos los días, pues a pesar de lo poco que ganaba, el bondadoso hombre la ayudaba cada vez que cobraba con alguito de dinero. Como todos los domingos, mandó a su hijo mayor a verlo temprano a su casa, pero éste no abrió, dieron chance para que se despertara, pero jamás sucedió. Al ver la demora, decidieron entrar a la fuerza, y fue allí cuando se dieron cuenta de que Julio estaba muerto con un tiro en el cuello.
CONFUSION
Los vecinos no se dieron cuenta de la balacera, pues desde temprano la gente de la calle empezó a explotar bombitas.
BALACERA
Una de las balas atravesó los tablones de madera del cuarto de Julio y le perforó el cuello.
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