En vela. Desde la tarde del 15 de diciembre los moradores del caserón T1-59 no han podido dormir con tranquilidad, pensando que el inmueble les puede caer encima.

Y es que, luego que la pared de uno de sus vecinos se derrumbara, ellos temen que en cualquier momento pueda pasar lo mismo en sus cuartos.

Son cinco familias las que han quedado en el lugar y que piden al Ministerio de Vivienda (MIVI) que les dé una solución habitacional, ya que hasta ir a bañarse es peligroso, porque la pared cada vez más se derrumba, y ni decir cuando llueve, pues las hojas se zinc se han convertido en una coladera.

La señora Sonia Sobrino explicó que ellos no quieren que les regalen las casas, sino que les den facilidades de pago porque son personas de bajos recursos. "Si yo tuviera un lugar para estar, esto lo dejaría, porque no quiero estar poniendo en peligro a los niños", agregó.