Las familias agradecían a los rescatistas. (Foto: HERMES GONZÁLEZ / EPASA)
Carolina Sánchez
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Acudieron al llamado. Fueron muchas las emergencias que se registraron durante las inundaciones en Chepo. En cada rescate, había voluntarios del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), de la Cruz Roja, los bomberos y unidades de la Policía Nacional, del Servicio Nacional Aeronaval y del Servicio Nacional de Fronteras. Todos estos ciudadanos tienen el mérito de haber estrechado la mano a sus conciudadanos en el momento que más lo necesitaban.
HUBO QUE ARMARSE DE VALOR
Gracias a su colaboración, más de 2 mil personas en Chepo fueron evacuadas. Esos momentos fueron muy fuertes, pues los afectados entre llantos y tristezas tuvieron que dejar sus casas para salvar sus vidas.
DIAaDIA desea elogiar la labor altruista de este personal, que acudió al llamado de gente con necesidades.
SE SUFRE CON LOS AFECTADOS
Pedro Rodríguez, paramédico del Sinaproc, estuvo ocho días en las inundaciones de Chepo trabajando más de 16 horas diarias. Una de sus mayores satisfacciones fue poder ayudar a otras personas y saber que en el área que fue asignada nadie murió ahogado.
Recordó que en Cañita le tocó asistir a una madre con unos mellizos, quienes tenían una infección pulmonar. "Esa madre lloraba desesperadamente, y Dios escuchó sus plegarias para ser rescatados", expresó. De esos niños, supo que están en el Hospital de Chepo y su condición es estable.
FUERON RATOS DIFICILES
Con tres meses como aspirante al Servicio Nacional Aeronaval, Santos Martínez, se siente satisfecho de haber colaborado en formar parte de las cadenas humanas que se hacían para el traslado de los alimentos hacia los albergues.
Manifestó que el primer día que acudió al centro de acopio en Chepo, quedó impactado al ver a las personas heridas o deshidratadas cuando eran bajadas de los helicópteros, luego de ser rescatados. "Varias veces tuve que contenerme, pues mi intención era ayudar", destacó.
ESFUERZOS QUE SOLO DIOS COMPENSARA
Desde Chiriquí, llegó a Chepo el paramédico Juvenal González. Al tener que lidiar con tantos casos decidió que "había que pensar fríamente". Relató que tuvo que hacer rescates hasta en altas horas de la noche, por lo que descansaba en la madrugada en la sede de Sinaproc, en Haward.
Admitió que varias veces le tocó secarse la ropa mojada encima y del cansancio cuando llegaba a dormir lo hacía con la misma ropa. Al despertarse había que continuar con la misión.
Este paramédico lamentó que no haya organismos especializados en rescates de animales, pues le tocó ver animales arrastrados por la corriente, pero la prioridad eran las personas.
DOLOR DE UNO, PREOCUPACION DE TODOS
José Donderis, director de Sinaproc en Chiriquí, expresó que fue impresionante escuchar a las personas que eran rescatadas decir que pensaban que iban a morir ahogados. "Cuando llegábamos, las personas nos abrazaban y lloraban. Cuando llegaban a tierra firme y bajaban de las lanchas, su alegría era mayor", dijo.
De la cuadrilla chiricana que prestó servicios en Chepo, estaba Abrahan Miranda, quien tuvo una lesión, la cual se le infectó con el pasar de los días, por lo que tuvo que ser atendido y enviado a su provincia natal, donde se mantiene con antibióticos en un nosocomio de Chiriquí.
Todos los entrevistados coinciden en que esta situación es un aviso para prepararse y estar precavidos.