
“Chalo” Villalaz con los niños en el comedor de Nutre Hogar, en Monagrillo.
“Chalo” Villalaz con los niños en el comedor de Nutre Hogar, en Monagrillo.
“Chalo” Villalaz con los niños en el comedor de Nutre Hogar, en Monagrillo.
“Chalo” Villalaz con los niños en el comedor de Nutre Hogar, en Monagrillo.
“Chalo” Villalaz con los niños en el comedor de Nutre Hogar, en Monagrillo.
“Chalo” Villalaz con los niños en el comedor de Nutre Hogar, en Monagrillo.
“Chalo” Villalaz con los niños en el comedor de Nutre Hogar, en Monagrillo.
Carlos Villalaz, conocido como “Chalo” sufrió una embolia cerebral muy fuerte que lo mantuvo en coma durante un mes.
Pocas esperanzas de vida le daban los especialistas a este hombre nacido en La Villa de Los Santos, y que ha vivido la mayoría de su vida en Monagrillo.
Cuando lo llevaron al hospital Gustavo Nelson Collado,“El Vigía”, no había neurocirujano por lo que tuvo que ser trasladado de urgencia a la Especializada de la Caja de Seguro Social de la capital.
Declarado muerto
Recuerda Rita Poveda, compañera de “Chalo” en el Comedor San Miguel Arcángel, de Nutre Hogar, que cuando iba camino al hospital a verlo la llamaron para informarle que había muerto. Pero minutos después la volvieron a llamar para decirle que seguía vivo.
En el Complejo del Seguro Social no daban esperanza, incluso un funcionario le preguntó a Poveda si daba el aval para extraerle los órganos a “Chalo” para ser donados, a lo cual ella contestó que esa decisión debía tomarla su madre.
Revivió
Sin embargo, como un milagro de Dios, este hombre de 61 años, sobrevivió y hoy puede contar la historia.
“Mi familia dijo que si ya era caso perdido, que me quitarán los aparatos. Y así fue, me los quitaron pero el doctor manifestó: aguanten está vivo, está vivo, llévenlo a Intensivo”, detalló “Chalo”.
Recuerda que el día que le dio la embolia le pidió fuerzas a Dios para llegar al hospital, porque creía que no llegaría con vida. Luego perdió el conocimiento.
Carlos “Chalo” Villalaz, estuvo durante 30 días en coma, pero Dios le dio la oportunidad de seguir viviendo.
Feliz de seguir vivo
Exteriorizó su felicidad de estar con vida, por lo que todos los días le da gracias a Dios por esta nueva oportunidad. Igualmente, agradeció a mucha gente que oró por él.
Luego de varios meses, este hombre de la región de Azuero, cuida a su madre anciana, conduce su auto, y hace algunos mandados del comedor donde labora desde hace 14 años y ayuda en todo lo que esté a su alcance. Realiza terapia física para las manos y pies, pero habla y razona con mucha normalidad.