La otra cara de la navidad
Depresión.

Dr. Gaspar Aramis Da Costa Foster | Psiquiatra, DIAaDIA

Cuando se aproximan las fiestas de fin de año, la mayoría de nosotros nos preparamos para celebraciones diversas en compañía de nuestra familia y amigos. Pero para aquellas personas con tendencia a la depresión o un cuadro depresivo, esta época puede ser la peor del año.

El sentimiento de frustración por no alcanzar las metas personales o no hacer realidad las ilusiones se exacerba en fechas que tienen relevancia para la persona, como cumpleaños, aniversarios o celebraciones como la Semana Santa; sin embargo, en las fiestas de fin de año: Día de la Madre, Navidad, Hanukah (Festival de luces) y otras, los cambios de estado de ánimo se acentúan porque son colectivas, las referencias a la Navidad están por todas partes.

EL ESTRES DE LAS FIESTAS DE FIN DE AñO

Las fiestas navideñas pueden ser tristes y solitarias para quienes viven solos, pues se resalta su soledad en el contexto de la gran socialización que los rodea. Otro tanto le ocurre a aquellos que han perdido seres queridos durante el año y en estas fiestas se evidencia su ausencia. Muchos pueden endeudarse con el fin de comprar presentes o arreglar la casa. Los empleados de los comercios trabajan bajo presión en horarios extendidos y se multiplican las fiestas navideñas en las empresas, de amigos secretos y otras fuentes de gastos. Las tiendas están repletas de compradores, el bullicio de la gente y los empujones aumentan la frustración. Algunos se ven obligados en estas fechas a compartir con familiares que no ven con frecuencia y a quienes, en algunos casos, no desearían ver. Otros quisieran ver a ese ser querido que se encuentra lejos o se fue. Toda la ciudad entra en ebullición, abundan los tranques, los robos y uno siente que debe estar más alerta y a la defensiva.

Las altas expectativas sociales, estereotipos relacionados con el bienestar y el amor, así como la publicidad, influyen para que el ánimo y la conducta de las personas en Navidad sea inestable; al contrastarse con la realidad que muchos viven y que dista de las situaciones ideales que se les presentan.

El ideal navideño es compartir en familia, y para muchos que proceden de hogares disfuncionales, el recuerdo de la época infantil a veces está cargado de amargura. Lo contrario también puede ocurrir, es decir, hay quienes añoran aquellas reuniones cálidas de Navidad que por una u otra razón dejaron de disfrutar y esto les causa gran nostalgia.

DEPRESION EN LAS FIESTAS DE FIN DE AñO

Es importante distinguir entre una tristeza pasajera y una verdadera depresión, ya que la última está catalogada como una enfermedad que incapacita al individuo.

Los cuadros depresivos en esta época se caracterizan por falta de energía, fatiga, aumento o disminución del sueño, aumento de peso, "craving" o deseos incontrolables de comer dulces, y dolores físicos diversos. El humor puede evidenciarse triste o francamente depresivo. También puede observarse ansiedad e irritabilidad. Una falta de interés en las actividades sociales y aislamiento.

Cuando una persona presenta los síntomas mencionados anteriormente, debe buscar apoyo en los amigos o las personas más cercanas que lo rodean y, si es posible, buscar ayuda profesional.

¿COMO ENFRENTAR ESTOS SENTIMIENTOS?

  • Evitar el aislamiento: no hay que descartar la posibilidad de unirse a la fiesta, compartir más con amigos o familiares e interactuar con otros.

  • Identificar los miedos: tratar de encontrar a qué se le teme y evaluar si esas aprensiones tienen fundamento.

  • Hacer listas de gratitud: una enumeración de las cosas positivas que se tienen, como la buena salud, la compañía de la familia, la posibilidad de trabajar y las amistades.

  • Cambiar de ambiente: los recuerdos, ya sean malos o "dolorosamente buenos", pueden hacerse un poco más livianos si no se permanece en el mismo lugar donde se produjeron; un paseo o un viaje corto reduce la ansiedad en algunos individuos.

  • Ayudar a otros: la sensación de hacer algo útil por personas menos afortunadas contribuye a elevar la autoestima y a reconciliarse con las actividades de la fecha.

  • No beber en exceso: el olvido que proporciona el alcohol es sólo temporal y no contribuye a resolver el problema.

  • Procurar espacios iluminados: algunos estudios han demostrado que los ambientes bien iluminados ayudan a combatir la depresión, y que vestirse con colores llamativos inspira vitalidad.

  • Realice ejercicios: es bueno ejercitar el cuerpo, realizar caminatas y aeróbicos o dedicarse a tiempos de meditación, ya sea escuchando música de relajación, yoga o leyendo.

  • Solucionar problemas pendientes: las personas con mayor riesgo de sufrir este tipo de síndrome son aquellas que tienen problemas pendientes y no resuelven situaciones viejas. Una manera de estar mejor es haciendo frente a estos conflictos.

  • Expresar lo que se siente: puede ser que a pesar de que usted se sienta cansado y triste, luzca igual para quienes lo rodean. A menos que les diga cómo se siente, ellos no podrán comprender que algo está mal. Deles la oportunidad para escucharlo y ayudarlo. Una buena conversación con personas comprensivas tiene altos efectos terapéuticos.

ALCOHOL Y DEPRESION

El resentimiento social y consumo excesivo de alcohol, que a corto plazo provoca excitación y olvido, pero que al final lleva al mismo lugar del que se huía: "la depresión", son reacciones comunes ante los sentimientos de frustración originados en estas fechas y que llevan al individuo a situaciones de riesgo, incluso al suicidio.

Es muy probable que tengamos más acceso a consumir alcohol en estas fiestas; si lo ingerimos con el fin de relajarnos u olvidar nuestra soledad, debemos recordar que es un sedante hipnótico y que más que aliviar produce síntomas depresivos, por lo que exacerbará la tristeza.

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