El tiempo pasa, el dolor no
Ésta es la consigna que hace que los chorrilleros no olviden la invasión. (Foto: Mirna Rogers / EPASA)

Marlen Dayré Pérez | DIAaDIA

Recuerdos llenos de dolor y tristeza pasaban por la mente de aquellos panameños que vivieron en carne propia la fatídica invasión del 20 de diciembre de 1989.

No poder ayudar a su vecino, al que consideró un buen hombre, ha sido el gran dolor que ha embargado desde hace 16 años a Agustina Camargo, pues explicó, con la voz entrecortada, que entre los estruendos de las bombas y tratar de cuidar a sus hijos, no escuchaba cómo "Fancho", que tocaba incesantemente la puerta, suplicaba ayuda.

"Al abrir la puerta lo vi tendido en el piso, con sus partes desbaratadas, pues una tanqueta le disparó", afirmó.

De igual manera, tratando de salvar su vida y la de los suyos, estuvo Nathaniel Smith, mejor conocido como "Kiata", que no supo que una "guerra estaba pasando", hasta ver los cadáveres en las calles.

Bueno, ni Agustina ni Nathaniel perdieron familiares, pues aquellos panameños que desgraciadamente vieron fallecer a sus seres queridos, omitieron seguir recordando, ya que aseguran que "aunque pasen mil años, el dolor sigue igual que el primer día".

Luego de 16 años de esta tragedia, la vida de los "chorrilleros" no ha cambiado mucho, lo único que aseguran es que la delincuencia y la proliferación de bandas en el área están desde aquella época, pues ver matar con saña y sin pudor, quedó en la mente de todos y lamentablemente la juventud creció con sed de venganza por un futuro mejor.

IMPOTENCIA

Recuerda Agustina que un panadero y un sastre suplicaron por ayuda, pero fue imposible y murieron.

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