Como el "Ave Fénix"
El colonense Miguel Callist arriesgará este viernes el cetro Súper Ligero de la FEDELATIN, que avala la AMB.

Elisinio González G. | DIAaDIA

Cuentan los libros sagrados, que sólo existió un ser capaz de renacer de las cenizas... un ser que se consumía por acción del fuego cada 500 años, y volvía a nacer, para así convertirse en inmortal.

Un ser de esperanza... de aquella esperanza que nunca debe morir en el hombre.

Ese es el "Ave Fénix", una historia que quiere repetir hoy en su vida el gladiador panameño, Miguel "Miguelito" Callist.

DECEPCION

Volaba en lo más alto, como aquel "Ave Fénix" en busca del sueño dorado: ser campeón del mundo.

Era el 10 de abril de 2004, y "Miguelito" estaba listo para disputar el título vacante de las 135 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) ante el mongol Lakva Sim, en Las Vegas, Nevada.

Sus condiciones andaban por las nubes, al igual que su confianza.

Sin embargo, algo extraño pasó con Callist y ese sueño dorado se transformó en pesadilla.

Luego de un primer asalto para enmarcar, Callist se olvidó de toda estrategia y entró a la zona de guerra del mongol.

Fue esa estrategia la tumba del panameño, que cayó fulminado en el quinto round.

Fue una noche trágica... una noche en la que se sembró esperanza y se cosechó llanto y dolor.

OTRO NOCAUT

Luego de esta terrible presentación, hubo sospecha de que Callist se había vendido.

"Yo nunca haría eso. ¿Yo, venderme? Jamás en la vida. ¡Jamás!", declaró Callist a DIAaDIA el 21 de abril de 2004.

"Yo estaba bien preparado, pero me sentí débil la misma noche de la pelea, no sé por qué. Pero tengo que seguir adelante y te aseguro, que después del 2 de abril (2005), cuando ya haya acabado con el colombiano Jorge Noriega, todos van a volver a confiar en mí", agregó.

Y así fue como llegó el combate con Noriega.

Otra vez la confianza y las condiciones físicas andaban al cien por ciento, pero nuevamente algo inexplicable le pasó a "Miguelito". Y es que después de estar dándole una verdadera "clase de boxeo" a Noriega, durante los primeros seis asaltos, al panameño se le acabó la "gasolina", para luego ser víctima del poder de los puños del colombiano en ocho asaltos.

Esa noche, en el gimnasio Roberto Durán, no hubo quién gritara a los cuatro vientos que el tiempo del popular "Miguelito" Callist había acabado.

EL RENACER

Después de cinco meses del combate con Noriega, el orgullo de la Costa Atlántica regresó a su querido Panamá desde Estados Unidos, seguro de demostrar que su vida como pugilista había tomado un giro de 180 grados. Pero Callist no regresaba solo, a su lado se encontraba un entrenador de gran prestigio y respeto, el también colonense Héctor Roca.

Callist estaba de vuelta a Panamá para medirse al chiricano Luis Samudio el 1 de octubre de 2005, en el gimnasio escolar Rafael Hernández, en David, Chiriquí.

Y fue, precisamente, desde ese pelea, que Callist comenzó a abrirse otra vez camino a la gloria, pero en las 140 libras.

En total han sido cuatro capítulos dorados, superando a rivales de la talla de los istmeños Wilmer Gómez y Juan Mosquera y, además, la dulce venganza sobre Noriega, en la que conquistó el cetro Súper Ligero de la FEDELATIN.

ANTESALA A LA GLORIA

Han sido momentos inolvidables... momentos de alegría y felicidad en las 140 libras, que busca consagrar Callist este viernes en Buenos Aires, Argentina, cuando se mida al local Marcos Maidana (17-0-16 nocauts).

Pero éste no será un pleito cualquiera y Callist es consciente de eso, porque de resultar victorioso este viernes quedará a un paso de disputar el título del mundo.

"He trabajo fuerte para volver a disputar un título del mundo, y ahora que estoy cerca de alcanzar ese objetivo, no lo dejaré escapar", dijo Callist en días pasados, antes de viajar a Argentina.

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