"Para esta Navidad quisiera comerme un plato de arroz con pollo, un carrito y que me arreglaran mi casa que se está cayendo". Estas fueron las palabras de Yahir, un niño de ocho años, que a pesar de las dificultades físicas, tiene muchas ganas de seguir viviendo.

Su padre, Ovidio Ramos, entre lágrimas comentó que él quisiera poder darle mucho a Yahir, el menor de los cuatro hijos que tiene, pero lo que gana a duras penas le alcanza para la comida.

Yahir sufre de Hidrocefalia y malformaciones óseas, que lo tienen postrado en una silla de ruedas.

Hasta la fecha, se le han hechos seis operaciones y está por recibir otra; no retiene la orina ni las heces, por lo que necesita pañales constantemente; además de una alimentación especial.

Con las lluvias y el temblor que se registraron este invierno, la pequeña casa donde vive en Capellanía en Natá, amenaza con colapsar. Las hendiduras en las paredes cada día se notan más anchas.

Este inteligente niño cursa el cuarto grado en la escuela de Capellanía con un índice académico de 4.7 y dice que seguirá estudiando fuerte porque quiere ser maestro y ayudar a otros niños.

Su madre manifestó que le gustaría hacerle un baño higiénico, para que Yahir se sienta más confortable, ya que la letrina que poseen no reúne las condiciones mínimas para las necesidades de este niño.