Miles de personas corriendo en todas direcciones, almacenes devastados, rostros que denotaban sufrimiento y que clamaban piedad; bombas y balas por doquier. Incendios, cuerpos ensangrentados y muchas cosas más, que pueden llegar a ser inexplicables, son las imágenes que han pasado por mi mente acerca de lo que pasó la noche del 19 y 20 de diciembre de 1989.
A pesar de contar únicamente con 19 años y no haber visto la luz del mundo en ese entonces, pues mi madre me llevaba en su vientre, me atrevo decir que por muchas razones que tuviesen para invadir nuestro país, no fue justo.
No fue justo que muriera tanta gente por atrapar a una sola, que al final terminó por entregarse; no fue justo que un país tan pequeño como Panamá fuera destrozado como si se tratase de una potencia mundial.
Gracias a mi trabajo, he tenido la oportunidad de leer periódicos de la época, ver fotos, vídeos y hablar con personas cuyos relatos me han trasladado al pasado y me han hecho entender por qué el 20 de diciembre es "Prohibido olvidar".
Año tras año, al aproximarse la fecha, los medios de comunicación hacen especiales, contando lo sucedido, para que jóvenes que no tenían uso de razón o los que no habían nacido, como es mi caso, conociéramos la situación por la que pasó nuestro país
Sin embargo, me di cuenta de que no es lo mismo verlo por televisión, leerlo en los diarios, o que nos lo cuenten, a haber estado allí y sentir el temor de perder la vida en cuestión de segundos.
LAS VERSIONES DIFIEREN
Algunos dicen que los miembros del Batallón de la Dignidad fueron los que incendiaron El Chorrillo, fueron responsables de los saqueos y de muchas de las muertes. Otros dicen que no sólo los batalloneros y las familias de bajos recursos hurtaron en los comercios, sino, familias distinguidas quienes además de comida, cargaban juguetes para sus hijos y accesorios para sus casas; todos eso sin importarles perder la vida en el intento.
Una mentira dicha mil veces, se convierte en verdad, mas aquel ataque norteamericano convirtió a muchos panameños en historiadores, quienes hoy son los encargados de contar la verdad de los sucedido, o por lo menos lo que ellos vivieron, a los inocentes y a los que han creído versiones erradas de los hechos.
La operación "Causa justa", es cuestionada por muchos, pues a pesar de los deseos de liberación del gobierno militarista, no se tomaron las mejores vías para lograrlo.