Como "migajas", consideró monseñor José Luis Lacunza lo que se recibe en el interior. Esto en relación con la distribución económica que se percibe en las provincias, en comparación con la ciudad capital.
Afirmó que el problema de la equidad no es exclusivo del Gobierno, sino de todas las empresas privadas y comerciales que no han logrado distribuir, correctamente, las fuentes de ingreso.
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