Sienten que les han dado la espalda. Ahora en su vida hay mucha incertidumbre. Así lo manifestó la señora Constantina Ávila, pues su hijo Jerviri José Faruta falleció en la invasión de 1989.
Su vástago era el único sustento de su casa. Ahora son muchas las vicisitudes que atraviesa en su casa, ubicada en Curundú, ya que no tiene un subsidio que la respalde.
Explicó que aunque han pasado 17 años de esta amarga experiencia, la Asociación de los Caídos del 20 de Diciembre de 1989, ha tratado de reunirse con los Presidentes de cada gobierno que ha pasado y del actual, y no lo han logrado.
Lo más triste para esta señora es que dejó de recibir atención de la Caja de Seguro Social desde 1993. Ahora lucha por sí sola.
Y así como Constantina, son muchos los familiares que se encuentran en situaciones precarias. Algunos, con mucho esfuerzo, se aproximaron ayer en la mañana al Jardín de Paz, en Parque Lefevre, donde se hizo una romería por los 163 cadáveres que fueron reconocidos y los restos de otros panameños que estaban irreconocibles.
Elizabeth Ayola, encargada de la Asociación de los Caídos del 20 de Diciembre, expresó que no descansarán hasta que esta fecha sea declarada como Día de Duelo Nacional. Recalcó que "quizá hay indiferencia por parte de los Gobiernos frente a este tema, porque todavía se está luchando contra el monstruo de los Estados Unidos".
DIAaDIA pudo conocer que estos familiares no tienen una sede para su asociación, por lo que se reúnen bajo los árboles que están en los predios del edificio de la Lotería Nacional. Antes se reunían en la Casa del Periodista.
Algunos le han ofrecido un local para reunirse, pero en San Miguelito; no obstante, varias familias no tienen los recursos para trasladarse a ese sitio. Durante el acto, nos percatamos de que una señora mayor, humilde, acudió al acto y solicitó apoyo para regresar a casa.
PIQUETEO
En la tarde, FRENADESO realizó un mitin con consignas y pancartas frente a la Embajada de los Estados Unidos.
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