Nació para alumbrar a una humanidad en sombras. (Foto: Miguel Cavalli / EPASA)
Rosalina Orocú Mojica
| DIAaDIA
Amor, solidaridad, esperanza, justicia, tolerancia, empatía sí tienen cabida en el corazón de la humanidad, que aunque a veces se tropieza, se yergue inyectada por la fuerza que emana de la promesa hecha por Dios de que llegará el día en que su hijo Jesús vendrá a rescatarla de este estado de cosas y entonces será un goce eterno y ayes, lágrimas, luto, violencia, irreverencias, ultrajes, heridas en cuerpo y alma serán cosas del pasado.
Dios honra su palabra. Su hijo Jesús, que nació en un pesebre, al calor de animales domésticos no pudo ser más universal y eterno.
Decenas de niños, adolescentes y adultos disfrutaron el sábado pasado de una historia singular, única, relatada a la manera de Crossroads Gospel Association: el nacimiento del Redentor.
En la Arena Roberto Durán, en dos funciones, bajo el título "Un bebé cambia todo", esta ONG presentó a más de 100 bailarines, cantantes, músicos y actores y actrices que mostraron pasajes de La Biblia y escenificaron verdades mundanas de otrora y hoy día. Fue un mensaje de amor. ¡Fue impresionantemente bello!