A lo largo de la historia universal, grandes personajes han logrado con inteligencia y buen tacto hacer brillar momentos que para otros serían verdaderamente infames. Veamos lo que les pasó a algunos de ellos en momentos claves.
ZENON
Preguntaron a Zenón de Elea, discípulo de Parménides y autor de la famosa paradoja de Aquiles y la tortuga, si los sabios podían enamorarse.
¡Claro que sí!, contestó Zenón. ¿Entonces los sabios actúan igual que los tontos y los necios? - le preguntaron. Ni mucho menos - respondió el filósofo - los necios creen saber por qué aman, los tontos, incluso, dan sus razones, pero sólo los verdaderos sabios saben que no las hay, que nadie sabe por qué entra el amor y por qué sale.
MUHAMMED ALI
Justo antes del despegue del avión, una de las azafatas se percató de que Alí no se había abrochado el cinturón de seguridad. Amablemente, le recordó que tenía que hacerlo. "Superman no necesita cinturones de seguridad", contestó con altanería Alí.
"Superman tampoco necesita aviones, señor", contestó la azafata. Muhamed se abrochó el cinturón.
EISENHOWER
A la gente que le gusta escribir textos enrevesados y llenos de palabras grandilocuentes, convendría recordarles las instrucciones que Roosvelt dio a Eisenhower en 1943: "Por favor, reúna sus tropas. Vamos a invadir Europa".
|