Les cayó encima. La señora María Blandón estaba cocinando un arroz en su casa, escuchó como crujía la casa, y de repente estaba debajo de los escombros.
Elkin Córdoba, hijo menor de María, también escuchó los crujidos, pero él salió corriendo y desde afuera vio cómo su casa se desplomaba.
Después del derrumbe, el señor Eduardo Baloy buscaba debajo de las viejas tablas algunas pertenencias, pues sólo pudo sacar la ropa.
El incidente fue a las 2 de la tarde, los vecinos estaban sorprendidos al ver cómo había quedado la barraca 1120 del sector Transporte y Taller de Curundú.
La gran preocupación eran los niños y niñas que vivían dentro del viejo caserón.
Por suerte, la mayoría estaba afuera jugando, pero los más pequeños (6 meses y 2 años) dormían placenteramente adentro.
La tía de ambos, Maritza Zúñiga, al escuchar los crujidos se lanzó, sin pensar, sobre los bebés para que las tablas no les cayeran encima. Nadie salió herido.
¿Y AHORA?
Ahora, la mayor incertidumbre es dónde van a vivir y dónde pasarán las fiestas de fin de año, pues ninguno de los adultos que habitaba la barraca tiene trabajo.
Una hora después del incidente, funcionarios del Ministerio de Vivienda se acercaron al lugar para tomar los datos de las familias afectadas.
¿QUE PASO?
El estado físico del inmueble provocó el colapso, que dejó damnificadas a 2 familias, conformadas por 4 adultos y 8 niños.
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