El italiano enfermo de distrofia muscular que luchó por su derecho a la eutanasia, Piergiorgio Welby, murió ayer con la ayuda de un médico que desconectó el respirador artificial con el que vivía.
El médico anestesista Mario Riccio indicó que "era claramente el deseo de Welby (que se desconectara la máquina) y (yo) no veía ningún obstáculo".
Welby había reclamado ante la Justicia, a su médico y hasta al presidente de la República, Giorgio Napolitano, su derecho a interrumpir el tratamiento terapéutico que le mantenía con vida, pero postrado en una cama.
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