El horno doméstico, por ser una herramienta de cocina que permanece cerrada, no permite una adecuada ventilación, por eso las grasas que se desprenden de los asados se adhieren a sus paredes.
Para eso, échele bicarbonato en las paredes cuando aún están calientes y deje pasar una hora. Luego de este tiempo, pase un paño. Para la suciedad más resistente, empape el paño con un poco de vinagre y frote.
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