La Caja de Seguro Social amenaza con convertirse en el punto de la discordia entre panameños.
Pero, o se se hace algo sin importar el costo político, o quiebra no sólo la institución de seguridad social, sino todo el país. Sólo basta imaginar el descalabro que causaría a la economía el hecho de que los jubilados no puedan cobrar y, en consecuencia, no puedan pagar sus préstamos bancarios.
¿De qué vivirían aquéllos que están por jubilarse? ¿Qué pasaría con los pensionados? Ya es tiempo de que los panameños dejemos de pensar en pajaritos preñados y pongamos los pies sobre la tierra.
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