Zinedine Zidane no quiere pensar en su expulsión en la final del Mundial contra Italia por el cabezazo que propinó a Fabio Materazzi, porque en ese caso no estaría satisfecho de su carrera, y prefiere centrarse en lo que hace ahora.
"Siempre parto del principio de que hay que guardar los buenos recuerdos y echar el resto", y por tanto "si me quedo en mi última acción, forzosamente no voy a estar orgulloso de mí", señala Zidane.
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