En las fiestas de fin de año, la mayoría de nosotros nos preparamos para celebraciones diversas. Pero para aquellas personas con tendencia a la depresión, esta época puede ser la peor del año. El sentimiento de frustración por no alcanzar las metas o ilusiones se exacerba en las fiestas de fin de año (Navidad, Hanukah y otras), porque son colectivas, no se puede escapar de ellas.
Las fiestas navideñas pueden ser tristes para quienes viven solos o aquellos que han perdido durante el año a seres queridos, y en estas fiestas se evidencia su ausencia. Los empleados de los comercios trabajan bajo presión en horarios extendidos y se multiplican las fiestas navideñas en las empresas, de amigos secretos y otras fuentes de gastos. Las tiendas están repletas de compradores, el bullicio de la gente y los empujones aumentan la frustración. Algunos se ven obligados en estas fechas a compartir con familiares que no ven con frecuencia y a quienes, en algunos casos, no desearían ver. Toda la ciudad entra en ebullición, abundan los tranques, los robos, y uno siente que debe estar más alerta y a la defensiva. El ideal navideño es compartir en familia, y muchos proceden de hogares disfuncionales; el recuerdo de la época infantil a veces está cargado de amargura o se añoran aquellas reuniones cálidas de Navidades pasadas.
Depresión en las fiestas de fin de año
Es importante distinguir entre una tristeza pasajera y una verdadera depresión. Los cuadros depresivos en esta época se caracterizan por falta de energía, fatiga, aumento o disminución del sueño, aumento de peso, “craving” o deseos incontrolables de comer dulces, y dolores físicos diversos. El humor puede evidenciarse triste o francamente depresivo. También puede observarse ansiedad e irritabilidad. Una falta de interés en las actividades sociales y aislamiento.
Alcohol y depresión
Es muy probable que tengamos más acceso a consumir alcohol en estas fiestas; este a corto plazo provoca desinhibición, excitación y olvido, pero al final lleva al mismo lugar del que se huía: la depresión, colocando al individuo en situaciones de riesgo, incluso el suicidio.
¿Cómo enfrentar estos sentimientos?
Para combatir estos sentimientos se recomienda: Evitar el aislamiento: únase a la fiesta. Esta idea puede resultar poco atractiva al principio; el ánimo mejora al integrarse en una atmósfera más alegre. Si le preocupa estar solo en estas fiestas, investigue qué actividades hay en su comunidad y trate de integrarse a las mismas, de acuerdo a sus preferencias. Participe solo en aquellos eventos familiares en los que su ausencia lastimaría a sus seres queridos.
Identificar los miedos: evalúe si esas aprensiones tienen fundamento.
Hacer listas de gratitud: Las cosas positivas que se tienen, como la buena salud, la compañía de la familia, la posibilidad de trabajar, las amistades.
Cambiar de ambiente: los recuerdos, ya sean malos o “dolorosamente buenos”, pueden hacerse un poco más livianos si no se permanece en el mismo lugar donde se produjeron; un paseo o un viaje corto reduce la ansiedad en algunos individuos.
Ayudar a otros: la sensación de hacer algo útil por personas menos afortunadas contribuye a elevar la autoestima y a reconciliarse con las actividades de la fecha.
No beber en exceso: el olvido que proporciona el alcohol es solo temporal y no contribuye a resolver el problema.
Procurar espacios iluminados: algunos estudios han demostrado que los ambientes bien iluminados ayudan a combatir la depresión, y que vestirse con colores llamativos inspira vitalidad.
Realice ejercicios.
Es bueno ejercitar el cuerpo, realizar caminatas y aeróbicos, o dedicarse a tiempos de meditación, ya sea escuchando música de relajación, yoga o leyendo.
Solucionar problemas pendientes: las personas con mayor riesgo a deprimirse son aquellas que tienen problemas pendientes y no resuelven situaciones viejas. Una manera de estar mejor es haciendo frente a estos conflictos.
Expresar lo que se siente: Puede ser que a pesar de que usted se sienta cansado y triste, luzca igual para quienes le rodean. Déles la oportunidad de escucharlo y ayudarlo( esto es terapéutico).
Buscar ayuda profesional: Acercarse a su médico, un psicólogo o un líder religioso que pueda apoyarlo.
Cómo ayudar a quienes se sienten tristes en estas fiestas
En esta época se enfatiza el compartir. Miremos a nuestro alrededor y fijémonos en aquellos con riesgo de deprimirse, personas solas que han tenido pérdidas recientes, enfermedades crónicas o incapacitantes, y extendámosles una invitación a compartir con nosotros, llamémosles por teléfono o procuremos que reciban la atención especializada si la necesitan.