La celebración de la Navidad se ha convertido en un momento de consumismo, puesto que hacemos compras exageradas de ropa, juguetes, comidas, joyas, licor;

en fin, de todo. Esta situación ha logrado que se olvide el significado real de la celebración, que es el Nacimiento del Niño Jesús, el 25 de diciembre.

La mayoría ha optado por anteponer las cosas materiales y olvidado que este es el momento propicio para compartir y reflexionar con sus seres queridos, amigos o con personas enfermas y necesitadas.

La terapeuta familiar, Geraldine Emiliani, aconseja que no debemos esperar a que lleguen las festividades navideñas para acercarnos a nuestros familiares, sino que este sentimiento de unión siempre debe existir.

Comenta que la unión familiar es importante, porque ayuda a propiciar el camino a la confianza mutua entre las personas, lo que nos da un mejor estilo de vida. Nos ayuda a sentirnos bien con nuestros actos y a que no esperemos una fecha para compartir con nuestros seres queridos.

Lo más importante en estas fiestas es acercarnos a Dios, darle gracias por todo lo que nos ha permitido. También es muy importante asistir en familia a la misa navideña, recordar que el Nacimiento de Jesús es el verdadero significado de estas fiestas y si tiene los recursos económicos haga actividades en pro de familias necesitadas.

La Navidad es un tiempo para recapacitar y estar más cerca de Dios.