
Don Guillermo ultima detalles para emprender su viaje a mar abierto.
Foto: EVERGTON LEMON
Don Guillermo ultima detalles para emprender su viaje a mar abierto.
Foto: EVERGTON LEMON
Don Guillermo ultima detalles para emprender su viaje a mar abierto.
Foto: EVERGTON LEMON
A diario salen las embarcaciones.
En e Puerto de Coquira se encuentran pescados de todo tipo.
Don Guillermo ultima detalles para emprender su viaje a mar abierto.
Foto: EVERGTON LEMON
A diario salen las embarcaciones.
En e Puerto de Coquira se encuentran pescados de todo tipo.
Don Guillermo ultima detalles para emprender su viaje a mar abierto.
Foto: EVERGTON LEMON
A diario salen las embarcaciones.
En e Puerto de Coquira se encuentran pescados de todo tipo.
Don Guillermo ultima detalles para emprender su viaje a mar abierto.
Foto: EVERGTON LEMON
A diario salen las embarcaciones.
En e Puerto de Coquira se encuentran pescados de todo tipo.
Don Guillermo ultima detalles para emprender su viaje a mar abierto.
Foto: EVERGTON LEMON
A diario salen las embarcaciones.
En e Puerto de Coquira se encuentran pescados de todo tipo.
En el puerto de Coquira, el movimiento de todos esos hombres que se preparan para el viaje es increíble, pues la fuerza es uno de los requisitos, ya que cargan 120 galones con combustible, agua, redes de pescar, alimentos secos, frazadas, un ancla que no puede faltar para preparase para su travesía. Estos artículos son los que los ayudan a subsistir en el mar.
Durante esos días en la nave El Cabrón cuatro hombres (un capitán y tres tripulantes), entre ellos Guillermo, estarán a la merced de la suerte.
Ellos partieron del Puerto de Coquira rumbo a Isla Iguana, pero al igual que ellos otros pescadores se llenaban de provisiones para aguantar sus días.
Guillermo dijo que ese es un negocio de mucha suerte, pues hay veces que en tres días recogen la cantidad y hay veces que regresan con poco. “Entre las odiseas que pasamos es ser atacados por piratas, quienes se llevan el combustible, dejándonos a la deriva”, dijo el pescador.
Pero no todo es malo en esta travesía, pues entre las buenas es que en una ocasión ganó en tres días 1100 dólares al recoger la cantidad de pescados deseada.
Mientras Guillermo daba detalles de su viaje y experiencias, ayudantes llevaban en sus hombros la carga hacia los barcos y salir rumbo a su destino y rogar pescar suficiente para en Año Nuevo estar junto a sus familias.