Sólo lo mejor

Redacción | DIAaDIA

Era la noche de Navidad y Dios miró a la tierra para contemplar a sus hijos. Luego se dirigió a un joven ángel y le dijo: "Baja a la tierra y tráeme una sola cosa, la que mejor represente todo lo bueno que se ha hecho hoy en mi nombre".

El ángel bajó a la tierra. Escuchó un coro que entonaba "Noche de Paz". El ángel quedó encantado por el mágico sonido. Y así, en todas las ciudades escuchó las melodías; encontró paz en los corazones de esos hombres, mujeres y niños. Cogiendo con sus manos uno de los sonidos pensó que estas canciones podrían representar lo mejor de la tierra en esta Navidad.

Sin embargo, su corazón le decía que esta música por sí sola no era suficiente. Continuó su viaje y sintió la oración elevada por un padre en su camino al cielo. Pedía por su hija, de quien no sabía hace mucho tiempo y que no estaría en casa para esa Navidad.

El ángel, siguiendo la intención de la oración, encontró a la hija de aquel hombre. Estaba parada en la esquina de una ciudad muy grande, frente al bar de un hombre que sólo creía en el ron y en su dinero. De pronto, entró un pequeño niño que le dijo que afuera había una niña que no podía regresar a casa en la noche de Navidad y que si él la ayudaba, podría regresar. El hombre miró a la niña, fue a la caja registradora y sacó todo el dinero que había ahí. Salió del bar y se lo dio a la niña, la hizo subir a un taxi y le dijo al chofer: "Al aeropuerto Kennedy".

El ángel subió al cielo y puso en las manos de Dios lo que finalmente había encontrado para Él: el deseo de una alma por la felicidad de otro. Y Dios sonrió.

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