Los moradores de Los Andes 1 viven con el alma en un hilo, puesto que hay una banda de menores de edad que se dedican a robar en la comunidad, y para colmo, tocan a las mujeres para amedrentarlas. Esto sucede cerca de la parada conocida como Rodapan que está en frente a Moya. Una de las moradoras dice que tiene que ir a buscar a su hija a la parada para evitar que esto le suceda, porque a una vecina, algo adulta, la tocaron y le dijeron que no la violaban por vieja. La inseguridad se apodera del lugar al anochecer.