Autos cargando caliche, arena o piedra sin la respectiva lona protectora, constituyen un peligro en las calles. Por cada bache de las carreteras, se derraman las piedras, la arena o los pedazos de bloques sobre los parabrisas de los autos que van detrás. Si se quiebra un vidrio, nadie, incluyendo autoridades, se hace responsable.
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