Navidad en el barrio
Francisco Pérez (hijo), se fue de paseo. (Foto: Félix Antonio Corella / EPASA)

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

Es un capricho de Navidad. Tan pronto descubren lo que les trajo el Niño Dios para Navidad, lo que más anhelan es que amanezca rápido para poder estrenar ese juguete.

Por esa experiencia pasan casi todos los niños y niñas, y eso quedó demostrado ayer cuando DIAaDIA recorrió los barrios populares de la capital para conocer los juguetes más gustados de este año. Y aunque algunos sectores capitalinos se consideran peligrosos o marginados, nunca faltan juguetes caros.

TODO POR MIS HIJOS

Francisco Pérez tiene dos hijos y cuatro años de casado, y a sus 28 años expresó que creció orgullosamente en El Chorrillo, allí donde muchos temen visitar por la violencia que ronda en este corregimiento.

No obstante, explicó que no por ser un corregimiento popular, todas las personas tienen que ser mal catalogadas. El barrio no hace a las personas, dejó entrever.

Pérez comentó que hay que esforzarse para ser alguien en la vida y esa fue la meta que se trazó para poder ser hoy un profesional, ya que se desempeña como policía de seguridad penitenciaria.

Ayer, mientras se paseaba con su hijo menor, de dos años, dijo estar orgulloso de haber formado una familia en el mismo barrio que lo vio nacer.

EN FAMILIA SE DISFRUTA MEJOR

En tanto, otros chorrilleros también disfrutaron amenamente de la mañana de Navidad, tal es el caso de la familia Zamora-Domínguez, que compró una piscina para ver a sus hijos divertirse sanamente.

Ni cortos ni perezosos, tan pronto amaneció, toda la familia se preparó para colocar la piscina en la acera del edificio Salomón N.1, calle Bocas del Toro en El Chorrillo. Al parecer, no hay suficiente espacio para la recreación familiar. Lo curioso de esta familia es que los papás le compraron hasta paraguas y sillas, para que se sintieran como de visita en un hotel de playa.

ENSEñELES MEDIDAS DE SEGURIDAD

En el sector Transporte y Talleres de Curundú, a pesar de que todavía habían evidencias de la rumba de los adultos, los niños hacían competencias con sus bicicletas, aunque no fueran de paquete. Para algunos niños no muy exigentes, lo más importante de esto es jugar con sus amigos.

En ese mismo patio, cerca de la subestación de Policía de las Unidades de Control de Multitudes (UCM), las niñas Yoely y Kaury parlaban de forma entretenida con sus muñecas. Ambas manifestaron que era el regalo esperado y que son sus nuevas amigas.

SIN FRITURAS, PERO CONTENTOS

En Barraza, mientras los adultos libaban había niños jugando en los predios de las multis, a pesar de la basura que los rodea. Antes del mediodía, no había venta de frituras en las aceras, por lo que las niñas con cochecitos, patines, scooter y bicicletas, corrían alegremente.

BUSCANDO BENDICIONES

Aunque muchos de los residentes de los barrios populares parecían estar preocupados por los juguetes, en San Felipe había familias completas que decidieron acudir a la iglesia Catedral.

Allí se estaba oficiando la misa en honor al Divino Niño. La iglesia estaba repleta y cientos de niños, muy atentos al mensaje que se compartía.

Se multiplicaron los dulces

EN UNA ESQUINA DEL TEMPLO, SE ENCONTRABA LA SEñORA MIRNA MADRID, SUS HIJAS Y OTROS FAMILIARES CON UNAS MESAS PREPARADAS, ESPECIALMENTE, PARA LOS NIñOS Y NIñAS ASISTENTES.

Madrid comentó a DIAaDIA que desde hace doce años, decidió distribuir dulces a los menores que asisten a la misa del Divino Niño.

Recordó que empezó con 50 dulces y, a la fecha, son 400 niños los que asisten a la Catedral cada 25 de diciembre.

A esta iniciativa se han sumado sus hijas, la familia Creus y Lasso.

La señora Mirna, residente en Cerro Viento, expresó que creció en el barrio de San Felipe y es por eso que realiza esta ofrenda por la salud de toda su familia.

Se pudo conocer que a veces le quedan dulces; no obstante, eso no se pierde, ya que es llevado a un asilo.

LA MAREA ROSADA

En esta misa, muchos niños devotos del Divino Niño portaban un atuendo similar al de este santo. Fue interesante ver que, al culminar la misa, hubo un popurrí de villancicos y los niños disfrutaron al máximo esta experiencia, porque pudieron saltar en un sólo pie y con las manos arriba, como si estuvieran en una "disco".

TAMBIEN CELEBRARON

Finalmente en Santa Ana, el espíritu de la Navidad también llegó a cientos de niños humildes a través de las posadas navideñas, las cuales se celebraron en el Centro Recreativo de la Huerta Sandoval.

La Junta Comunal de Santa Ana les entregó juguetes y golosinas, además de compartir con ellos y con mucha alegría las festividades del Niño Dios.

EL PROTAGONISTA

El centro de la Navidad es el nacimiento del Niño Dios. Recordemos que en un pesebre, nació el Salvador del mundo.

Ojalá que todos los panameños y panameñas reconozcan, en ese niño, la sencillez y la humildad de un gran líder para toda la humanidad.

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