Al parecer, la llegada del Niño Dios no tocó los corazones de algunos, mucho menos de los asesinos del joven Abel René Martínez, de 16 años.

Sólo habían transcurrido diez minutos de la medianoche cuando Abel se dispuso a acompañar a su primo Agdel Mizael Ureña a su casa, en Tocumen, para buscar unas pertenencias.

Su tía Igna Martínez relató que luego de que Abel saliera de la casa, tres menores de edad pasaron por el frente de la residencia 102, ubicada en el sector de Victoriano Lorenzo, en Tocumen, con unas bolsas cruzadas y las manos metidas dentro de ellas, lo que les pareció sospechoso a todos los familiares.

Sólo pasaron segundos cuando se escucharon los disparos.

Abel René resultó con seis impactos de bala que acabaron con su vida, seis casas después de donde vivía.

Mientras, el joven Ureña recibió dos impactos que afortunadamente no tocaron ningún órgano vital, por lo fue dado de alta horas después.

La tía del hoy occiso expresó que, por rebeldía, Abel, quien sólo vivía con su padre, se había retirado de la escuela este año. Precisó que no era un muchacho problemático y recordó que desde hace meses había empezado a frecuentar un grupo de jóvenes que a ella no le agradaban.