Ya pasó una de las fechas más importantes en la que predomina la unidad familiar: la Navidad.

Y mientras muchos panameños esperan y llevan contadas las horas del reloj para que se acerque ese momento tan especial, hay quienes deambulan por las calles de la ciudad buscando qué comer entre los tinacos de basura, incluso, sedientos de amor y del calor de un hogar, a pesar de que vivimos en tiempos de una prometida "patria nueva".

ALIMENTOS BENDITOS

Para el Nacimiento del Niño Dios, muchos niños desposeídos lamentaron no tener el juguete soñado, pero agradecieron a Dios que al menos alguien los tiene presente y, además, tienen el hermoso detalle de brindarles un plato de comida y amortiguar el hambre diaria, no sólo material, sino también espiritual.

Es así como el comedor de Curundú derramó bendiciones para todos estos niños de esta marcada población. Eso es Navidad en tiempos de hambruna en la ciudad capital.

DIGNO DE ADMIRAR

Por otro lado, están aquellos niños y niñas que se lanzan a las calles desde muy temprano para aportar algo a la subsistencia de su familia, arriesgando su integridad y expuestos a mil y un peligro en esta selva de cemento.

Es tan grande su anhelo de mejores días, que por dinero en mano abandonan hasta sus estudios. Pero hay quienes, valientemente, distribuyen su tiempo para ambas cosas, como lo hacen "los pequeños limpiabotas" Jonathan Alexis Moreno, residente en la barraca "Los Kris Cross", y José Luis Moreno, del sector El Águila, en Curundú. Ellos han optado por ganarse la vida honradamente. Y a la vista de todo público demuestran su interés por superarse. No obstante, no esconden su deseo de celebrar la Navidad en los años venideros como los niños de su edad. Situaciones lamentables como éstas se viven a diario, sólo nos queda valorar lo que Dios nos da.