La hija del académico y fisiólogo soviético, Iván Pávlov, Valentina Yermakova, dedica su vida a salvar perros, en un acto de penitencia por los sacrificios de animales que había practicado su padre en aras de la ciencia. "De niña no entendía por qué desaparecían cada mes los perritos que vivían en casa, y cuando supe a qué se dedicaba mi padre, decidí penar sus pecados", dijo.
|