La burocracia y el poco me importa pareciera ser la nota de los fines de semana en el hospital Rafael Estévez.
Una que se encontraba disgustada y quejándose por los fuertes dolores bajo vientre era la señora Marilín Calderón, de 38 años, residente en la comunidad de Natá, en la barriada de San Juan de Dios.
Según esta paciente, ya tenía más de dos horas sufriendo dolores fuertes, y todavía no la habían atendido. Estaba consciente que en este hospital se contaba con buenos profesionales de la medicina, pero otros lo dañaban, como el incidente que tuvo con un galeno que entró a laborar en horas de la tarde y cerca de las 11:00 de la noche no había atendido a ningún paciente.
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