Quedaron a la intemperie
De la iglesia del pueblo a su casa, Elizabeth toma casi una hora a pie. No entran las chivitas de la ruta interna. (Foto: Miguel Cavalli / EPASA)

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

Estaba dándole gracias a Dios por una Navidad más con sus hijos, y le llegó una mala noticia.

Eso fue lo que le pasó a Elizabeth Torres el pasado 24 de diciembre, a las 7: 30 p.m., cuando uno de sus primos irrumpió en la capilla católica de María Henríquez, en Alcalde Díaz, y le comunicó: "No te preocupes, pero tu casa se quemó".

"¿’Tas seguro que es mi casa? Fue lo único que pregunté y quedé abismada", relató Elizabeth. Más tarde, al trasladarse a su casa, confirmó que lo había perdido todo, hasta los juguetes que con mucho sacrificio le había conseguido a sus cuatro hijos. Sólo quedaron con la ropa que tenían puesta.

Ayer, Torres narró, mientras amantaba a su hijo envuelto en un suéter, que sus vecinos escucharon el estruendo cuando estalló el tanque de gas y avisaron a las autoridades.

Ella asume que le incendiaron la casa, pues el día anterior al incidente no estuvo allí y cuando regresó sólo llegó a buscar más ropa y salió. Aclaró que no recuerda tener enemigos en la comunidad de María Henríquez Rural, donde vive.

La casa era de madera y zinc, pero lamentó que se le quemara la televisión que funcionaba con batería, ya que en su comunidad no hay electricidad, además de su comedor chico, camas, estufa y tanque de gas.

Esa noche sólo llegó un inspector del Cuerpo de Bomberos con unos extinguidores en mano, pues la calle está intransitable y la vivienda distante y, para colmo de males, el pozo de donde se abastecen de agua también le queda lejos. Ella tenía seis años de vivir en esa casa, que fue reducida a cenizas.

EN CERO

Elizabeth lucha sola con sus cuatro hijos. Por mientras, está alojada en casa de su madre cerca de su casa quemada.

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