Si está dañado, él lo repara. Marín Baloy tiene un pequeño puesto de venta de carátulas de celulares y de reparaciones, con el cual se gana el sustento de él y su familia.
Marín aprendió la reparación de estos singulares aparatos, cuando laboraba hace seis años en el negocio de un costarricense.
"Siempre puse mucha atención en lo que hacían con los celulares, así aprendí a repararlos", dijo Marín, muy confiado en su trabajo.
Este joven nos contó que el negocio le ha traído muchas satisfacciones, porque desde que comenzó en su local debajo del puente peatonal del centro comercial Los Andes, no ha tenido queja porque todos los días lleva dinero a su casa para la comida.
Marín considera que éste es un buen trabajo y piensa seguir especializándose en reparación de celulares, ya que cada día la tecnología avanza y debe ir a la vanguardia para estar siempre vigente y no quedarse sin trabajo.
En cuanto a la reparación de teléfonos, él le da a sus clientes seis meses para que lo retiren. En caso de que éstos no lo hagan, a veces los vende y mantiene algunos por si regresan para poder devolverlos. La cuestión es mantener al cliente contento.
CLAVE DEL EXITO
Este joven cree que la mejor forma de triunfar es siempre dando lo mejor de sí, y que cada cliente se sienta satisfecho con el trabajo que se le realiza. Y lo mejor de todo, estar siempre sonriente, porque ante una buena sonrisa y amabilidad, los clientes no se pueden resistir.
COSTOS
Los precios para las reparaciones son de acuerdo con los daños que presente el aparato.
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