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Los ángeles de Francesca
Traslado de los cuerpos. (Foto: Jaime Saldaña, Miguel Santamaría, Marcelino Rosario y Aquilino Pérez / EPASA)

Jaime Saldaña, Miguel Santamaría y Marcelino Rosario | Chiriquí, DIAaDIA

La intuición los motivó a seguir adelante en su búsqueda, que terminó salvándole la vida a una jovencita. Hoy cuentan su historia. El agudo ruido que causaron los machetes de Miguel Burac, Alfonso Becker y Juan Santos, cuando limpiaban el sitio donde encontraron la avioneta accidentada, generó en la pequeña Francesca Lewis, única sobreviviente a la tragedia áerea, varios gemidos de auxilio.

Un "help me" profundo desde adentro de la destrozada aeronave frenó el movimiento de los rescatistas antes de acercarse al aparato para observar a la adolescente norteamericana casi prisionera de los asientos.

"Ella estaba atrapada con el sillón prácticamente en la nuca, estaba como boca abajo, con varios maletines encima; algo verdaderamente impresionante", comentó Miguel Burac, una de las primeras personas en llegar al área del siniestro, en Alto Chiquero, en las faldas del Volcán Barú.

Al recordar el momento, Burac, un rescatista voluntario de la comunidad de Boquete que decidió participar en la búsqueda, movía su cabeza lentamente para ambos lados. Casi no quería describir el estado de la nave y sus tripulantes. En el accidente murieron el piloto panameño Edwin Lasso, de 21 años de edad, y los norteamericanos Michael y Thalía Klein, padre e hija, respectivamente. Ellos despegaron de la Isla Seca (al sur de Chiriquí).

HISTORIA DE HEROISMO

Entre los árboles, casi como partida en dos estaba la avioneta, y quien logró sobrevivir al accidente, estaba en la parte trasera.

El rescatista hizo una pausa para comentar que después de ver cómo había quedado el aparato, nunca pensaron que habría algún sobreviviente.

"Yo comencé a quitar los maletines y levanté con toda mi fuerza el sillón, junto al señor Becker y Juan, viendo que ella tenía lianas y ramas en las piernas, así que la sacamos hasta un par de metros para darle los primeros auxilios", narró.

Describió que en ese momento observaron a la joven con un color azulado, sufriendo por la hipotermia y golpes que tenía y procedieron a darle agua y dulce de panela para hidratarla.

En medio del momento, Miguel bajó de su espalda una mochila, preparada con bolsas negras, mantas, abrigo, agua y dulce para proteger a la menor, con quien se quedaron toda la noche de Navidad tratando de hablar un poco del "inglés machacado" que conoce para mantenerla consciente hasta que llegara el personal de apoyo.

LA VISUALIZO

El bloque de búsqueda estuvo formado por Manuel y Miguel Burac, quienes dijeron no pertenecer a ninguna institución; Alfonso Becker, funcionario del Ministerio de Salud y voluntario del Sinaproc; Juan Santos, un ciudadano de raza indígena que trabaja en una finca del sector y la periodista local, Itzel Velásquez, conocida de los hermanos Burac.

Unas 3 horas antes, a través de sus binoculares, Miguel Burac observó lo que le parecía era parte de la cola del aparato entre algunos árboles lejanos de donde estaban.

En otro de los puntos se encontraba su hermano, Manuel Burac, junto a Itzel.

Manuel, en uno de los puntos donde logró captar señal de celular, aduce haber recibido una llamada que le indicaba que suspendieran la búsqueda, pero al escuchar de su hermano, también vía telefónica, que creía haber visto algo, decidió continuar con la exploración.

Pero esta no es la primera búsqueda en la que los hermanos Burac participan, pues hace algunos años formaron parte del operativo de rescate que terminó con el hallazgo de varios tripulantes vivos de un avión accidentado en el sector conocido como Cerro Pata de Macho en las montañas de Boquete.

También siguen el ejemplo de su padre, Isidoro Burac, (fallecido hace 6 meses), quien participó en el rescate de los que viajaban en el avión Urracá, accidentado en las montañas del distrito turístico.

Según Manuel Burac, él, su hermano y las otras 3 personas que fueron a realizar la búsqueda, porque el 25 de diciembre casi nadie quería sumarse, hicieron el trabajo de corazón y sin pensar en famas ni glorias. Además, que desconocían sobre la supuesta recompensa que después los familiares de las víctimas habían ofrecido por el rescate.

Los Burac manifestaron sentirse un poco molestos al escuchar algunas declaraciones en la capital de cosas que no eran ciertas sobre el rescate, además de que cuando todo terminó en el área donde aterrizaban los helicópteros, nadie les brindó ayuda para regresar a sus casas.

Cada entidad cogió por su rumbo y a pesar de venir golpeados, magullados, con sueño y hambre tuvieron que caminar hasta el camino de Los Quetzales y fue un amigo quien les dio el "bote" en el vagón del carro. Caminaron durante dos días y dos noches con su bloque de búsqueda y rutas establecidas por ellos mismos y lograron encontrar con vida y terminar de salvar a la adolescente Francesca Lewis.

Ayer, Miguel conservaba un arete de Francesca, que ella misma le dio mientras la trasladaban hacia el helicóptero, porque le molestaba en su oreja, y le indicó que lo guardara y cuando estuviese mejor se lo diera nuevamente.

TERMINO LA ESPERA

Después de cuatro días de incertidumbre y búsqueda, ayer se hizo el levantamiento y posterior traslado de los cuerpos de las tres víctimas del accidente.

A las 10:00 a.m. aterrizó en David, procedente de Alto Chiquero, un helicóptero del Servicio Aéreo Nacional (SAN). Llegó el cuerpo del piloto Edwin Lasso, al helipuerto del Hospital Materno Infantil José Domingo De Obaldía.

A eso de las 3:00 p.m., arribaron los cuerpos de los norteamericanos Michael y Thalía Klein, al aeropuerto Internacional Enrique Malek.

En ambos lugares se desplegaron estrictas medidas de seguridad, a petición de los familiares de los dolientes.

Franklin Amaya, Fiscal Segundo Superior, informó que los cadáveres de Michael y Thalía fueron cargados en hombros por unas 35 personas, entre funcionarios y voluntarios de diversos estamentos de seguridad.

Entre tanto, el cuerpo del piloto fue trasladado en horas de la mañana por su padre, quien contrató seis guías para realizar esta labor. "Por razones estrictamente humanitarias se les concedió la autorización para que pudiera bajar el cuerpo de su hijo", explicó.

En finca de Los Urriola, se le hizo la diligencia de reconocimiento del cadáver al piloto.

Destacó que el fuselaje del avión quedó seccionado; una parte del ala estaba en las copas de los árboles y una parte de la máquina estaba en el piso, lo que denota el trágico suceso", detalló.

ESTADO DE SALUD

La menor Francesca Lewis, de 12 años, está fuera de peligro.

Samuel Catan Álvarez, médico de cabecera de la menor, confirmó que ha evolucionado favorablemente, pero sigue siendo una paciente de cuidado.

Ella llegó con 38 grados centígrados de fiebre, las extremidades estaban frías, presentaba excoriaciones en su cuerpo y una erisipela en la extremidad superior derecha. Tenía una fractura en el tabique nasal y un esguince en el tobillo izquierdo, al igual que trauma muscular en el cuerpo.

Confirmó que todo apunta a que la paciente puede ser trasladada a Estados Unidos porque requiere de atención psicológica por la condición en que estuvo sometida en el accidente.

A pesar de que la menor presentaba hipotermia, mantenía un cuadro infeccioso producto de las 72 horas que pasó después del accidente donde las heridas se infectaron.

Los familiares viajaron desde Santa Bárbara en California, Estados Unidos, y se mantienen en el centro hospitalario.

HABLO CON MICHAEL

Jim Madlock, cuñado de Michael Klein, dijo que éste había construido un Resort en Isla Seca hace tres años. Tenía siete cabañas y muchos negocios en Estados Unidos. Sólo tenía una hija.

Klein se graduó a los 17 años de la Universidad de California, en Santa Bárbara, con las máximas calificaciones. Llevaba cerca de cinco años de estar viviendo en Panamá.





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