M ientras otros ni�os no ten�an qu� desayunar, yo ten�a que comer cereal, huevos y pan tostado. Cuando los dem�s tomaban refresco gaseoso y dulces para el almuerzo, yo ten�a que comer un emparedado y un licuado. Mi madre siempre insist�a en saber en d�nde est�bamos, con qui�n y nos obligaba a decir la verdad. Nos puso a lavar trastos, tender camas, que aprendi�ramos a cocinar, a planchar y muchas cosas igualmente crueles.
Creo que se quedaba despierta en la noche pensando en las cosas que podr�a obligarnos a hacer. Cuando llegamos a la adolescencia, nuestra vida se volvi� a�n m�s miserable. Ninguno de nosotros ha sido arrestado, cada uno de mis hermanos ha servido en una misi�n y tambi�n en nuestro pa�s.
Y... �A qui�n debemos culpar? �A nuestra madre!
Vean de todo lo que nos hemos perdido.
Nunca hemos podido participar en una manifestaci�n y actos violentos.
Nos convirti� en adultos educados y honestos, trabajadores y responsables.
Tomando esa referencia. Yo estoy tratando de educar a mis hijos de la misma manera. Y le doy gracias a Dios por haberme dado la "mam� m�s mala del mundo".