La velocista mexicana, Ana Gabriela Guevara, cerró el 2004 recordándose ilusionada con el oro olímpico que no llegó en Atenas, a pesar de haberse preparado durante años, sorteando dificultades económicas y hasta cierta discriminación de género, en un país acostumbrado a los atletas masculinos.

En sus inicios, la campeona del mundo en los 400 metros planos de 2003 tuvo que "tocar puertas" por un boleto de avión, por apoyo de 100 dólares, de 40 dólares", recordaba en una entrevista poco antes de partir a Grecia, donde tuvo que conformarse con la medalla de plata, ante el indiscutible triunfo de la bahameña, Tonique Williams.

Nacida hace 27 años en la ciudad fronteriza de Nogales, en el estado de Sonora (noroeste), la gacela mexicana era una de las pocas deportistas de su país con posibilidades reales para aspirar a una medalla en los Juegos Olímpicos de Atenas-2004, y no lo hizo tan mal, confesó, tras hacerse del segundo lugar.

"He hecho mi mayor esfuerzo en la pista, me siento contenta y orgullosa por haber cumplido mi objetivo de lograr una medalla olímpica en mi carrera deportiva", indicó en agosto en la capital griega.

TRANQUILA

"Para nada estoy frustrada. En este 2004 conseguí lo que habíamos planeado, ganar una medalla olímpica.