Limpiar el carro, regularmente, forma parte de los cuidados básicos para mantenerlo en óptimas condiciones.
Lave el carro en cuanto termine de usarlo, cuando el barro y los restos de insectos aún están blandos. Si deja secar la suciedad, se expone a que se raye la pintura o queden manchas en ella. Comience por el techo, la cubierta del portaequipaje, un costado, el frente, el costado restante y las ruedas. No lave el coche bajo el sol y no por el calor, sino porque el lavado dejará huellas en la carrocería cuando se seque. Elimine las manchas de alquitrán con un poco de alcohol y enjuague con agua. Mejore la limpieza de los cristales, añadiendo un poco de lavavajillas al líquido del limpiaparabrisas. Limpie a fondo las cubiertas de goma o las alfombras.
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