Fue más de una hora la que se tuvo que viajar en un auto pick up 4x4 para llegar a Alto Guayabal, territorio de la comarca Ngäbe Buglé en la provincia de Chiriquí.

El propósito era festejar la Navidad con esos niños y niñas de escasos recursos, quienes quizás nunca habían tenido la oportunidad de disfrutar de un regalo o de pasar un rato de esparcimiento.

Un poco estropeados, por lo malo del camino, llegamos hasta el patio de la escuela donde nos esperaba un grupo de niños con sus familias. Algunos estaban descalzos, otros con sus zapatitos desgastados, pero todos se veían felices.

Eran inocentes, pero avispados, solo bastaba que escucharan el ruido del motor del auto para que corrieran buscando refugio, como para evitar un accidente.

Los coloridos trajecitos de las niñas combinaba a la perfección con los cantos que se hacían en la ronda en la que todos se agarraban de las manos.

Algunos, un poco apenados miraban desde lejitos, pero solo bastaba animarlos para que se integraran. Sus caritas se iluminaron al ver las piñatas, las canastitas y afanosos abrían las golosinas que se les había llevado, casi no hablaron, pero sus ojitos y sus tiernas sonrisas nos miraban como diciendo "gracias".

Ir a Alto Guayabal fue una experiencia que espero volver a vivir, no importa lo que se tenga que hacer para llegar, si nos reciben esos pequeñines con una gran sonrisa.