Necesitan una mano amiga

Faustina Castillo, relató que el día 25 de diciembre salió con sus tres hijos y su esposo a donde un vecino, cuando fue llamada por algunas amistades, para avisarle que su casa se estaba quemando. Ella corrió y al ver todo carbonizado sufrió un ataque de nervios que terminó en llanto, arrodillada se preguntaba, porque le había sucedido esto.

El triste panorama que vive la familia es desolado, las niñas que apenas comienzan a caminar, juegan en un suelo aún cubierto de cenizas durante el día, mientras que en la noche les espera un colchón duro y deteriorado, pues el que tenían fue consumido por las llamas. Mientras la noche cae su esposo y su otro niño de siete años tienen que conformarse con dormir en frío y duro piso, ya que por el momento las niñas son prioridad.

Pero sus problemas no terminan allí, porque la mayor parte de su ropa se quemó y los pocos electrodomésticos que tenían también, ahora se conforma con lo que su esposo pueda conseguir con trabajos informales, ya que por como una mala jugada del destino nunca fue reconocido por sus padres y no tiene documentos que le permitan buscar un trabajo digno. Él solo sabe que nació en la provincia de Veraguas.

Su incertidumbre aumenta, pues las niñas necesitan, ropa, leche y pañales desechables, sumado a esto su niño de siete años que va para el colegio el año próximo se le quemaron los uniformes y los zapatos.

La familia espera que alguien le pueda brindar alguna ayuda y así mejorar su situación económica.