Luis González es un panameño humilde que optó por darle la espalda al desempleo y aventurarse en los menesteres de la microempresa.
¿Haciendo qué? Colocando su propio negocio, considerando que la idea de trabajar para otro no le era del todo atractiva.
Con un capital de 300 dólares emprendió el camino del cual jamás se ha arrepentido, "a pesar de que en los siete meses que lleva ha tenido altas y bajas como todo en la vida", confesó a DIAaDIA el optimista Luis.
"Yo trabajé mucho para otro, era decorador en un almacén, ahorré un dinero y un buen día opté por tener mi propio negocio", agregó.
El negocio del señor González es un pequeño restaurante en el que vende pollo asado, hot dog y hamburguesas, y con las ganancias que genera el local mantiene a su esposa y a sus dos niñas, además de que se ha dado el lujo de proporcionar empleo, dándole la oportunidad a un panameño para que se haga su propio camino.
Luis no aspira a quedarse sólo con un restaurante, ya que en el futuro desea poner un supermercado y convertirse en un gran empresario para así ayudar a miles de panameños que sueñan como él y quieren tener su propio negocio.
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