La Autoridad de Antigüedades de Israel declaró falso un antiguo ataúd de piedra en Jerusalén, donde, supuestamente, se dice que estuvieron los huesos de Jacobo, el hermano de Jesús.

La policía israelí encausó a cuatro coleccionistas y vendedores de antigüedades, bajo cargos de haber manejado una moderna operación de falsificación de artefactos bíblicos.