Aislarte te hace mal. Saca ese dolor que te consume.
Rosalina Orocú Mojica
| DIAaDIA
Si acaso te sientes triste este fin de año, no pienses que sólo te pasa a ti; grandes y chicos pueden caer en estados depresivos, producto de pérdidas, no sólo de familiares, sino de amigos, mascotas, vecinos o novios, o por divorcios.
Cómo sobrellevar el duelo no es tarea fácil, aprende a perdonar y busca ayuda profesional de un psicólogo, para superar la depresión y afrontar las pérdidas. Eso aconseja una voz autorizada, la de la psicóloga Xochitl Mckay.
Sí, a ella no le cabe duda de que "lo mejor es aprender a perdonar!!!!!"
Añade: "¿De qué sirve tener riquezas en soledad, tristezas y odios? No hay nada mejor que aprender a perdonar, y conseguir sanar las heridas, y ésta es la mejor fecha para hacerlo. Lamentablemente, cuando no sabemos manejar nuestras emociones adecuadamente, se nos hace muy difícil perdonar y superar estas dificultades, para vivir en armonía y con las personas que amamos".
¡Ojo! Ella nos dice que "las pérdidas nos pueden llevar a estados depresivos crónicos, si no los atendemos adecuadamente" y, recomienda evitar la soledad.
Se lamenta de que la gente se resiste a buscar ayuda psicológica porque hay la "idea errónea de que sólo los trastornados mentales buscan ayuda psicológica".
Ante esa actitud, ella replica: "si sufres del corazón, buscas a un cardiólogo; si sufres de los riñones, buscas a un urólogo, entonces, si tienes problemas emocionales o psicológicos, ¿por qué no buscas al profesional idóneo y lo ves como algo normal?".
Sobre el mismo punto y para que la gente no ande a la defensiva, hace la salvedad de que los psicólogos, "no sólo atendemos la parte clínica (patologías o enfermedades), también están los terapeutas familiares, los orientadores escolares, los forenses, los industriales, y demás especialidades".
"Nada ganamos con callar, quedarnos aislados, como mecanismos de defensa, porque puede empeorar la situación", afirma.
Recomienda asistir a terapias de grupo dirigidas por psicólogos, donde personas con los mismos problemas comparten vivencias, dificultades y la manera en que los solucionaron.
Para concluir nos recuerda que nadie está exento. "Todos, tanto niños como adultos, sentimos las pérdidas según su intensidad. Un niño, por ejemplo, puede hacer un duelo por su mascota, tan intenso, como el de un adulto por un familiar".