Están caros, pero nadie lo ha notado. El alto costo de la vida también ha tocado la puerta de los vendedores de inciensos, que han visto disminuida sus ganancias en estas fiestas, pues la mercancía se encareció, pero los ofrecen al mismo precio del año pasado.

Con un puesto bien surtido, ubicado en La Plaza 5 de Mayo, René González sobrevive llevando la suerte a toda su clientela, aunque eso le cuesta.

Sabe que si aumenta los precios, porque a él se los venden más caros, nadie le compraría sus productos y su negocio desaparecería.

Los inciensos, como los tres reyes mayos, que antes los mayoristas le vendían la caja a B/.12.00, ahora valen B/.17.00, por lo que ofrece a 25 centavos la cucharita para mantener a los clientes.

Mirra, incienso, destrancadera y tres reyes magos, son los más correteados por los que quieren cambiar la suerte para el nuevo año.

Según René, el negocio es una herencia de sus padres, que por muchos años tuvieron un puesto en Salsipuedes, pero cuando la situación económica apretó, tuvo que cambiarse a La Peatonal.

Hoy se siente satisfecho, porque gracias a ellos no depende del gobierno, ni de la empresa privada para mantener a su familia, sino de su negocio informal.

Cuando la situación aprieta en la capital, René viaja a las fiestas del Nazareno de Atalaya, El Cristo de Esquipulas, de Antón y el Cristo Negro, de Portobelo a vender sus productos para balancear las pérdidas.

SUERTE

Además vende espigas de arroz y racimos de naranjas que confecciona para la suerte.